Muy por encima ya de toda la maldad, en fin, el hijo del maestro.
"...me marché a Aravaca con mi esposa que tanto lo apreciaba. Nos hubiera gustado llevarnos a Juan Aparicio. Y aun recoger en su chalet de Fuente del Rey a José María Areilza que le protegió. El camposanto estaba cerrado: pero entre las verjas vimos el altar y la cruz sobre la fosa común donde cayeron acribillados los demás. Era una tarde dulcísima, otoñal, y allí, descampada. Rastrojos. Soledad. En el suelo ¡Oh! cartuchos (de escopeta). Y recordé que cuando a nuestro común maestro Ortega le comunicaron la muerte de Ramiro, dijo: "No han matado un hombre, han matado un entendimiento". No solo un entendimiento, querido Ortega, también un corazón de héroe. "
ERNESTO GIMÉNEZ CABALLERO.
"Retratos españoles. (Bastante parecidos)." Ed. Planeta 1985.Pg. 183.
"Retratos españoles. (Bastante parecidos)." Ed. Planeta 1985.Pg. 183.